viernes, 13 de noviembre de 2015

La anorexia es un trastorno alimenticio que altera la relación de la persona con la comida. Se caracteriza por la obsesión de perder peso. La persona limita exageradamente la ingesta de alimentos al punto de poner en riesgo su vida. Se sufre además una distorsión de la percepción: la persona con anorexia se ve con sobrepeso, a pesar de estar muy por debajo de los parámetros saludables. La anorexia no sólo representa un problema con la comida, sino que además, esconde una incapacidad de lidiar con otros problemas de estrés o ansiedad. El control ejercido sobre la comida calma momentáneamente estas tensiones. Tiene muchos síntomas físicos que pueden observarse a simple vista, como por ejemplo:
  • Uñas y cabello frágil y fino
  • Piel seca y amarillenta
  • Tono muscular débil
  • Cansancio 
Es extremadamente complicado establecer parámetros comunes responsables de este trastorno alimentario debido sobre todo a su componente psicológico y a la gran variación de signos y síntomas entre unos pacientes y otros. Independientemente del tipo de anorexia nerviosa desarrollada, diversos estudios han demostrado que estos pacientes suelen presentar patrones de depresión y ansiedad previos al desarrollo del trastorno. Se diferencian dos tipos de anorexia:

Anorexia nerviosa restrictiva

Se trata de un cuadro clínico donde los pacientes logran un bajo peso a través de dietas muy restrictivas, ayuno muy prolongado, y abundante ejercicio de intensidad elevada. Estos pacientes no recurren a atracones compulsivos y purgas posteriores.

Anorexia nerviosa purgativa/compulsiva


Son pacientes que recurren de forma puntual o sistemática a atracones o purgas (vómitos, laxantes, diuréticos…). Existe un subgrupo que no presenta atracones pero sí recurren a la purga de forma sistemática. Debido a la pérdida del control de los impulsos propio de este grupo, estos sujetos son más susceptibles de padecer una mayor variabilidad emocional, así como de sucumbir al consumo de sustancias adictivas (alcohol, tabaco, etcétera).




miércoles, 4 de noviembre de 2015

Todo tiene un origen, incluso la bulimia, algo que lo desencadena y que lo convierte en un hábito incontrolable. Cuando hablamos de causas, tenemos que decir que la aparición de la bulimia no se debe a una sola causa o factor, sino que puede presentarse una sola o varias, en forma combinada. A continuación os pongo unas cuantas:
Causas biológicas:
    • Desórdenes hormonales, ya que en la etapa de la adolescencia, es cuando puede surgir alguna alteración hormonal, que lleve a padecer de bulimia.
    • Predisposición genética.
    • Personas con sobrepeso que ante la necesidad de perder peso, hacen dietas rigurosas, que traen aún más ansiedad.
  • Causas psicológicas:
    • El menosprecio de los demás o de ellas mismas.
    • Presión por sentirse lindas y queridas por el otro.
    • Depresión, angustia. Es por ello que esta enfermedad afecta mayormente a adolescentes, ya que en esta etapa es donde se produce la mayor sensación de angustia y necesidad de aprobación por parte de sus pares y de los adultos.
    • Tienen su imagen corporal distorsionada, se sienten feas y gordas, siempre existe una joven o un modelo con cual comparase y quieren tener su altura, su cuerpo, su cabello, etc.
    • Problemas afectivos dentro del seno familiar.
  • Causas sociales:
    • Necesidad de pertenencia a un grupo.
    • Necesidad de sentirse queridas y admiradas.
    • Asocian el éxito y la perfección a la delgadez, en esto tiene mucha importancia los modelos a seguir, a través de la publicidad en los medios de comunicación en general.
Determinar la causa o causas que pueden desencadenar la bulimia es muy importante, para lograr poner en marcha un tratamiento que sea efectivo y así prevenir las posibles complicaciones derivadas de la bulimia.