martes, 8 de diciembre de 2015

Mentes enfermas en cuerpos sanos, así definiría yo a las personas que padecen esta enfermedad, la vigorexia es un trastorno mental en el que la persona se obsesiona por su estado físico hasta niveles patológicos. Estas personas tienen una visión distorsionada de ellos mismos y se ven débiles y enclenques. Por este motivo, el trastorno incide directamente sobre su conducta alimentaria y sus hábitos de vida, y se caracteriza por realizar una actividad física extrema, abandonando las relaciones sociales y descuidando otros aspectos de su vida, para dedicar todo su tiempo a entrenar. La adicción al ejercicio se acompaña de una ingesta exagerada de proteínas y carbohidratos y el consumo abusivo de sustancias como esteroides anabolizantes, con el fin de aumentar la masa muscular y conseguir un cuerpo musculoso. Este trastorno también se conoce como complejo de Adonis, anorexia invertida o dismorfia muscular. La vigorexia, que no está reconocida como enfermedad por la comunidad médica internacional, afecta mayoritariamente a hombres jóvenes, con edades comprendidas entre los 18 y los 35 años. Su incidencia es de cuatro de cada diez mil personas. Se debe a amplios factores como por ejemplo:
La vigorexia puede estar ocasionada por problemas fisiológicos o emocionales, casi siempre relacionados con el entorno del afectado.
Los problemas fisiológicos están asociados a trastornos en las hormonas y los mediadores de la trasmisión nerviosa del Sistema Nervioso Central.
En el caso de que este trastorno aparezca vinculado a la relación del paciente con su entorno, se encuentran implicados factores sociales, culturales y educativos, que influyen para que el individuo desarrolle un tipo de personalidad obsesiva. También hay características propias de los vigorexicos, es decir, cosas que son propensos a hacer frecuentemente como las que cito a continuación:
  • Mirarse constantemente en el espejo y aún así sentirse enclenques.
     
  • Invertir todas las horas posibles en hacer deportes para aumentar la musculatura.
     
  • Pesarse varias veces al día y hacer comparaciones con otras personas que hacen fisicoculturismo.
     
  • La enfermedad deriva en un cuadro obsesivo compulsivo que hace que el vigoréxico se sienta fracasado, abandone sus actividades y se encierre en un gimnasio día y noche.
     
  • También siguen dietas bajas en grasas y ricas en hidratos de carbono y proteínas




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